miércoles, 13 de noviembre de 2013

SINDROME DE LA VIBRACION FANTASMA






Síndrome de la vibración fantasma

 Se le acuña este "mal", a aquellas personas que sienten una leve vibración de su celular o por el contrario que está sonando, cuando en realidad ni suena ni vibra. Este malestar se asocia al excesivo uso y dependencia del aparato, así como a estar en constante atención a las notificaciones de correos, mensajes y actualizaciones que le llegan al celular. A este síndrome se le considera uno de los padecimientos más populares del siglo XXI, ya que la mayoría de las personas alguna vez lo han vivido.

La base neurológica está sustentada en la evolución. La percepción de estímulos de forma anticipada permitió la supervivencia de nuestros antepasados y se ve potenciada por factores como la situación, el estado mental, etc.
El síndrome es estudiado por la Teoría de la Detección de la Señal, especializada en entender cómo se produce la detección correcta de las señales, tanto en sistemas como en personas. El estado de ánimo o la situación influyen en esa detección.
Nuestro cerebro, frente a un estímulo potencial, puede generar cuatro situaciones distintas, dependiendo de si realmente se está produciendo el estímulo y si considera que se está produciendo.
Así habrá dos decisiones correctas (no hay estímulo y decide que no lo hay. Y al revés) y dos incorrectas (hay estímulo y decide que no lo hay, y viceversa). En este análisis que se produce de forma inconsciente, el cerebro valora las consecuencias de una decisión incorrecta y elige el escenario que supone mayores opciones de supervivencia.
Dos variables influyen en el número de ‘aciertos’. La sensibilidad al estímulo real (en caso de un móvil, la potencia de la vibración o sensibilidad de la parte del cuerpo donde está el teléfono) y la predisposición a pensar que se produce el estímulo (por ejemplo, la espera ansiosa de una llamada de un familiar o de una oportunidad laboral).
El diseño de cualquier sistema debe jugar con estos dos aspectos. En el caso de las alarmas anti incendios, el umbral de sensibilidad puede hacer que se produzca una alarma aun cuando la amenaza de incendio no es real pero el umbral impide que se produzca lo contrario.
En definitiva, tendemos a notar vibrar el teléfono cuando no es así, porque la alternativa (no notarlo cuando sí que está vibrando) nos haría perder llamadas, y ese escenario no le gusta a nuestro cerebro. De ahí que nos genere ‘alucinaciones’.

ESTADO EMOCIONAL
El cerebro humano cuenta con cientos de neurotransmisores distribuidos en cantidades equilibradas, lo que permite un estado emocional estable. 
En situaciones de estrés, existe una deficiencia de neurotransmisores como la serotonina, que provoca un tipo de depresión caracterizada por tristeza, irritabilidad, ansiedad, problemas de sueño y obsesiones.   Al existir este problema, la persona está más propensa de sufrir este mal. Hay tratamientos que ayudan a estabilizar estos niveles con tranquilizantes.
A nivel cerebral cada persona configura sus ideas de manera distinta. Por ejemplo, si uno piensa que las llamadas del celular son muy importantes, su nivel de sensibilidad será mayor y dependerá más de estos equipos. Al crear este estado de dependencia da cabida a que este síndrome aparezca.

LA NOMOFOBIA




NOMOFOBIA

El desarrollo tecnológico en nuestra sociedad avanza tan rápidamente que es prácticamente imposible estar al día de cada uno de los avances que son dados a conocer prácticamente cada día. Una de las herramientas tecnológicas que más ha revolucionado la sociedad moderna es la telefonía móvil, la cual en pocos años ha pasado de ser una simple herramienta de comunicación telefónica a ser prácticamente un ordenador de bolsillo con una gran capacidad operativa.
Así, con ellos, además de comunicarnos de la manera tradicional, podemos tomar fotografías, ver y hacer videos, geolocalizarnos con GPS, jugar videojuegos, identificar las constelaciones en el firmamento, y un largo etc que se incrementa cada minuto. Hasta aquí, todo tiende a ser positivo, sin embargo, asociado a todo este desarrollo, ha surgido y se extiende con rapidez un nuevo trastorno que ya comienza a preocupar a los especialistas de la mente en gran parte del mundo: la nomofobia. Conozcamos un poco más sobre esta extraña fobia. 
La nomofobia es el miedo irracional a salir de casa sin el teléfono móvil. El término, que es una abreviatura de la expresión inglesa "no-mobile-phone phobia", y fue acuñado durante un estudio realizado por la Oficina de Correos del Reino Unido encargado al instituto demoscópico YouGov para estimar la ansiedad que sufren los usuarios de teléfonos móviles.
La nomofobia es un tipo de fobia al miedo excesivo e irracional al estar sin teléfono móvil.
Las personas que padecen de nomofobia manifiestan síntomas marcados de enfado, ansiedad, inquietud, negación, sentimiento de culpa, ocultación o minimización del problema, malestar general y problemas de autoestima, aunque no todos se manifiestan a la vez ni con igual intensidad, lógicamente.


Dependencia del móvil entre los jóvenes

Como es obvio, la dependencia del móvil es especialmente preocupante entre los más jóvenes. Francisca López Torrecilla, experta en adicciones y directora del departamento de Personalidad, Evaluación y Tratamiento Psicológico de la Universidad de Granada (UGR) , cifra en el 8% el porcentaje de universitarios españoles que sufre 'nomofobia'.

Sin embargo, lo más interesante son las consecuencias que, a su juicio, acarrean este miedo irracional a no llevar el teléfono móvil encima, y que se resumen en que los jóvenes se aburren cada vez más con las actividades habituales de ocio. Según López Torrecilla, los adictos al móvil suelen presentar algunas características de personalidad comunes, como una baja autoestima, problemas con la aceptación del propio cuerpo y déficit en habilidades sociales y en resolución de conflictos.

Además, la nomofobia se manifiesta en síntomas como ansiedad, malestar general, enfado o inquietud, negación, ocultación y/o minimización del problema, sentimiento de culpa y disminución de la autoestima.

EL PHUBBING




EL PHUBBING

Se inició hacia el año 2007 con el nacimiento del Smartphone o teléfono inteligente, que sintetizaba en pocas pulgadas la potencia de un ordenador de sobremesa. Con la posibilidad de mantenerse conectado a Internet a cualquier hora y en cualquier lugar, se generalizó esta obsesiva práctica que muchos perpetúan sin ni siquiera saberlo

El “phubbing” (término formado a partir de las palabras inglesas pone y snubbing) consiste en el acto de menospreciar a quien nos acompaña al prestar más atención al móvil u otros aparatos electrónicos que a su persona.  Sus argumentos aluden al protocolo más básico a la hora de sentarse a la mesa, que reprocha empezar a comer antes de que todos hayan sido servidos o coger comida del plato de otros comensales, y que por ende reprueba el acto de ignorar a quien tenemos al lado.

TELÉFONOS INTELIGENTES VS. TELEVISIÓN

Recientemente, estudio realizado por eMarketer, empresa especializada en marketing digital, reveló que durante 2013: 
  • De las 5 horas que los adultos pasan en medios digitales, aproximadamente 2 horas y 21 minutos se dedican a actividades en dispositivos móviles, como uso de Internet en teléfonos inteligentes y tabletas, más que en computadoras de escritorio y portátiles.

SMARTPHONES VS. RELACIONES SOCIALES

Expertos señalan la existencia de adicción a las redes sociales mediante el uso de Smartphone, aunque los efectos negativos sobre la salud mental son cada vez más frecuentes no sólo en quienes usan teléfonos inteligentes, sino cualquier dispositivo móvil, como tabletas y juegos de video portátiles. 

  • Los restaurantes experimentan 36 casos de phubbing en cada sesión de cena, equivalente a permanecer solo 570 días mientras estás en compañía de otras personas.
  • Ciudad de México ocupa el noveno lugar con mayor cantidad de phubbers (dependientes de tecnologías móviles) en el mundo: 4,450,000; los primeros puestos son para Nueva York (19,750,000), Los Ángeles (15,250,000), Londres (12,875,000), París (10,638,000), Hong Kong (10,097,000), Sídney (9,873,672), Tokio (4,750,000) y Seúl (3,474,281).
Por su parte, el estudio Mobile Consumer Habits de Harris Interactive revela que algunos jóvenes revisan aproximadamente cada 15 minutos su celular en busca de notificaciones provenientes de sus redes sociales, sin importar qué actividades estén realizando (comer, estar en clases, cine o, incluso, en la intimidad con su pareja). 


SALUD MENTAL VS. PHUBBING

El phubbing es considerado síntoma de adicción, en este caso a las redes sociales a través de dispositivos móviles y, por ello, un problema de salud mental, ya que el uso excesivo de las nuevas tecnologías puede afectar especialmente a niños y adolescentes, ocasionando: 
v  Ansiedad.
v  Trastornos de sueño.
v  Problemas de aprendizaje.
 Para combatirlo, tú puedes: 
v  Suspender el uso de tu smartphone mientras estés platicando con familiares y amigos.
v  Detener tu conversación y solicitarle al phubber que te repita lo que dijo.
v  Enseñarle a niños y adolescentes a usar las nuevas tecnologías de forma responsable.
Aunque aún es prematuro determinar si el uso obsesivo de las nuevas tecnologías se impondrá definitivamente a las relaciones sociales cara a cara, es un hecho que estas últimas ayudan a mantener la salud mental y estrechar lazos entre familiares y amigos.

¿QUÉ SE PUEDE HACER?



  • Como parte de la campaña Stop Phubbing, hay una carta modelo para enviarla a amigos que realizan esto y no se dan cuenta, por lo que se le explica qué prefieres hablar sin aparatos de por medio.
  •   Y si trabajas en algún local de servicio como restaurantes, hay posters para descargar y ponerlos. “Fomenta a tus clientes a abandonar ese hábito y que disfruten de una gran comida y gran conversación. Sólo mira cómo cambia el ambiente una vez que las personas hagan contacto real entre ellos mismos”.
  •   Incluso, hay una invitación para que en las bodas no se haga Phubbing, sino que estén atentos al evento.
  • Al salir a comer o a algún lado con amigos, se propone jugar “Phublotto”; consiste en dejar el celular en una parte de la mesa junto con el de todos los amigos y el primero que agarre el aparato, paga la cuenta.
  •  Una persona siempre carga el celular para comunicarse y en caso de emergencias, pero al entrar a un lugar, ya sea el cine o un establecimiento con acompañantes, se sugiere dejarlo en el bolsillo o en la bolsa, no será necesario si se convive con las demás personas.