Síndrome de la vibración fantasma
Se le acuña este "mal", a aquellas
personas que sienten una leve vibración de su celular o por el contrario que
está sonando, cuando en realidad ni suena ni vibra. Este malestar se asocia al
excesivo uso y dependencia del aparato, así como a estar en constante atención
a las notificaciones de correos, mensajes y actualizaciones que le llegan al
celular. A este síndrome se le considera uno de los padecimientos más populares
del siglo XXI, ya que la mayoría de las personas alguna vez lo han vivido.
La base neurológica está
sustentada en la evolución. La
percepción de estímulos de forma anticipada permitió la supervivencia de
nuestros antepasados y se ve potenciada por factores como la
situación, el estado mental, etc.
El síndrome es estudiado por la Teoría
de la Detección de la Señal, especializada en entender cómo se produce la detección correcta de las
señales, tanto en sistemas como en personas. El estado de ánimo o la situación
influyen en esa detección.
Nuestro cerebro, frente a un
estímulo potencial, puede generar cuatro situaciones distintas, dependiendo de
si realmente se está produciendo el estímulo y si considera que se está
produciendo.
Así habrá dos decisiones
correctas (no hay estímulo y decide que no lo hay. Y al revés) y dos
incorrectas (hay estímulo y decide que no lo hay, y viceversa). En este
análisis que se produce de forma inconsciente, el cerebro valora las consecuencias de una
decisión incorrecta y elige el escenario que supone mayores
opciones de supervivencia.
Dos variables influyen en el
número de ‘aciertos’. La
sensibilidad al estímulo real (en caso de un móvil,
la potencia de la vibración o sensibilidad de la parte del cuerpo donde está el
teléfono) y la predisposición a pensar que se produce el estímulo (por ejemplo, la
espera ansiosa de una llamada de un familiar o de una oportunidad laboral).
El diseño de cualquier sistema
debe jugar con estos dos aspectos. En el caso de las alarmas anti incendios, el
umbral de sensibilidad puede hacer que se produzca una alarma aun cuando la
amenaza de incendio no es real pero el umbral impide que se produzca lo
contrario.
En definitiva, tendemos
a notar vibrar el teléfono cuando no es así, porque la alternativa (no notarlo cuando
sí que está vibrando) nos haría perder llamadas, y ese escenario no le gusta a
nuestro cerebro. De ahí que nos genere ‘alucinaciones’.
ESTADO EMOCIONAL
El cerebro humano cuenta con
cientos de neurotransmisores distribuidos en cantidades equilibradas, lo que
permite un estado emocional estable.
En situaciones de estrés, existe
una deficiencia de neurotransmisores como la serotonina, que provoca un tipo de
depresión caracterizada por tristeza, irritabilidad, ansiedad, problemas de
sueño y obsesiones. Al existir este problema, la persona está más
propensa de sufrir este mal. Hay tratamientos que ayudan a estabilizar estos
niveles con tranquilizantes.
A nivel cerebral cada persona
configura sus ideas de manera distinta. Por ejemplo, si uno piensa que las
llamadas del celular son muy importantes, su nivel de sensibilidad será mayor y
dependerá más de estos equipos. Al crear este estado de dependencia da cabida a
que este síndrome aparezca.
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